16 abr 2010

Un día cualquiera

E. se aproximó al cajero de su banco y le dijo: ¡Esto es un asalto! Inmediatamente, el asustado cajero hizo un gesto al policía de guardia, el cuál sin más tiempo que perder se acercó a E. y le propició una descarga elétrica. E. quedó completamente inmovilizado. Ya cuando pudo volver en sí, dentro de la comisaría, los policías con un tono inquisitivo e incrédulo le preguntarón: Cómo es que te atreves a asaltar un banco sin siquiera traer un arma contigo, hay que ser imbécil; a lo que él respondió: ¡Yo no asalté ningún banco!¡Sólo estaba expresando lo que siento hacia los putos banqueros!

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